I’ve always thought that there are no couples in love nor any love triangles, only an Indian file where you love the person in front of you and that person in turn loves the one in front of him, and so on, and where the one behind me loves me and that one is loved by the one behind him and so on, but always loving the one whose back is turned to us. And the last one in line isn’t loved by anyone

Aprendí, muy pequeña que la vida tiene un lado oscuro, y que ése me había tocado a mi

Definitivamente sé cuidar mi misterio, es imposible saber más de lo que yo misma cuento

Yo tuve más miedo que el, porque no se trataba solo de gusto y amor, la cosa era de coraje tambien. Había que tener muchas güevas para meterse con una mujer como Rosario.

Aprendió a conocerme, no con la minuciosidad que yo lo conocí, sino con sus conclusiones espontáneas. De todas hablaba y las definía, pero yo tuve el privilegio de ser la única a la que le descubrió nuevas facetas, la única a la que le hizo preguntas de adentro, la única en que esculcó para encontrar lo que nunca le dieron, pero se asustó con el hallazgo, los dos nos llenamos de miedo. Ese dia, cuando volvimos a cerrar lo que abrimos como si nunca lo hubiéramos visto.

Una vez me dijo que por mí iría hasta el infierno; nunca entendió, yo quería seguirlo a él al cielo.

Quería salvarme de la droga que contamina el cuerpo y las venas y no de la otra, la que entra por debajo y por los ojos, la que se enquista en el corazón y lo corroe, la maldita droga que los más ingenuos llaman amor, pero que es tan nociva y mortal como la que se consigue en las calles envuelta en paqueticos.

Hablaba con los ojos, con la boca, con toda mi cara, lo hacía con el alma cuando hablaba con el

Siempre he pensado que en el amor no hay parejas, ni triángulos amorosos, sino una fila india donde uno quiere al que tiene delante, y éste a su vez al que tiene delante de sí y así sucesivamente, y el que está detrás me quiere a mí y a ése lo quiere el que le sigue en la fila y así sucesivamente, pero siempre queriendo a quien nos da la espalda. Y al último de la fila no lo quiere nadie.

I wanted to save myself from that drug that contaminates the body and veins and not from the other drug, you know that drug that enters through your eyes and your private area, the one that settles into your heart to screw it up, that damn drug that naive people call love. The stupid drug that’s just as dangerous and deadly as the one that you find on the streets wrapped up in little packages.